Aqui va unos tramos del texto.....
globalizar la solidaridad, Benedicto XVI: El desafío actual,
CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 8 junio 2008 (ZENIT.org).- Publicamos el discurso que dirigió Benedicto XVI a la fundación "Centesimus Annus, pro Pontifice" al recibir en audiencia a sus representantes el 31 de mayo de 2008.
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Un desarrollo armonioso es posible si las opciones económicas y políticas realizadas tienen en cuenta los principios fundamentales que lo hacen accesible a todos: me refiero, en particular, a los principios de subsidiariedad y solidaridad. En el centro de toda programación económica, considerando especialmente la vasta y compleja red de relaciones que caracteriza la época posmoderna, debe estar siempre la persona, creada a imagen de Dios y querida por él para custodiar y administrar los inmensos recursos de la creación. Sólo una cultura común de la participación responsable y activa puede permitir a todo ser humano sentirse no usuario o testigo pasivo, sino colaborador activo en el proceso de desarrollo mundial.
El hombre, al que Dios en el Génesis confía la tierra, tiene la tarea de hacer fructificar todos los bienes terrenos, comprometiéndose a usarlos para satisfacer las múltiples necesidades de cada uno de los miembros de la familia humana. En efecto, una de las metáforas recurrentes en el Evangelio es precisamente la del administrador. Por tanto, con la actitud de un administrador fiel el hombre debe gestionar los recursos que Dios le ha confiado, poniéndolos a disposición de todos. En otras palabras, es preciso evitar que el beneficio sea solamente individual, o que formas de colectivismo opriman la libertad personal.
El interés económico y comercial no debe convertirse nunca en algo exclusivo, porque de hecho mortificaría la dignidad humana. Puesto que el actual proceso de globalización que está atravesando el mundo afecta cada vez más a los campos de la cultura, la economía, las finanzas y la política, hoy el gran desafío es "globalizar" no sólo los intereses económicos y comerciales, sino también las expectativas de solidaridad, respetando y valorando la aportación de todos los componentes de la sociedad.
Como habéis reafirmado oportunamente, el crecimiento económico no debe separarse jamás de la búsqueda de un desarrollo humano y social integral. A este respecto,
Queridos amigos, a la vez que os renuevo mi gratitud por el generoso apoyo que dais incansablemente a las actividades de caridad y de promoción humana de
Que
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