lunes, 23 de junio de 2008

EL DIALOGO ES FUNDAMENTAL PARA LA ARGENTINA DE HOY

ARGENTINOS Y EL DIÁLOGO

Homilía de monseñor Miguel Esteban Hesayne, obispo emérito de Viedma para el tercer domingo de Pascua (6 de abril de 2008)

En estas cuatro últimas semanas la palabra que se ha pronunciado en forma insistente es la palabra DIALOGO. Y con razón. Solamente mediante el diálogo nos humanizamos y se puede convivir en Paz. A la luz de la Fe Cristiana sabemos que estamos creados a imagen y semejanza de Dios cuya constitución más íntima es el Diálogo amoroso de Tres Personas Divinas. Entonces el diálogo humano no es un simple discurso. Tiene su fundamento en la misma condición del ser humano.

La primera condición requerida para que se logre el “diálogo” es que se realice entre personas que se respetan la una y la otra como tal. Es obvio pero, en la práctica, no siempre suficientemente se cumple este primer e indispensable requerimiento. En consecuencia no hablemos de Diálogo si los que lo intentan no aspiran a personalizarse mutuamente.

Uno y otro de los interlocutores deben aspirar a ser más y ayudarse, por medio del diálogo, para la realización de este objetivo. Quiere decir que ninguna de las partes debe ser considerada como un objeto. Y la responsabilidad de la frustración de Diálogo cae sobre quien no aspira a la mutua personalización.

Una segunda condición que se desprende de la primera enunciada, es la búsqueda de la verdad de la existencia humana propia y ajena con sinceridad de corazón. Esta actitud de búsqueda de la verdad… es una actitud de apertura-escucha para ir descubriéndola en el pensamiento expuesto por la otra parte.

La misma palabra diálogo, encierra esta actitud de búsqueda de la verdad escuchando al interlocutor. Palabra de origen griego compuesta de la expresión “dia” que en griego significa “a través” y la expresión “logo” que significa “palabra”. Cuando alguien quiere dialogar -de verdad- tiene que estar convencido que no está en posesión de la verdad total. A lo sumo lleva una parte que debe completar con su interlocutor.

Por eso, se requiere una tercera condición: la “transparencia” de persona a persona. Exige –escribe Paulo VI– “un intercambio de pensamiento, es una invitación al ejercicio de las facultades superiores del hombre”. No hay rodeos y lo que se piensa se expresa sin repliegues o subterfugios. La persona transparente muestra el fondo de su corazón como aguas límpidas dejan ver el fondo, por profundo que fuere… Una persona así, es rectilínea, no busca por medios subterráneos la conquista de un objetivo también subterráneo. Con la persona recta es posible el diálogo. Con la persona doble el diálogo queda roto. Por eso, Jesús en su Evangelio nos pide en el trato de unos con otros el: Sí-Sí, el No-No y es tan severo con los hipócritas hasta el punto de llamarlos sepulcros blanqueados que muestran limpidez por fuera y podredumbre por dentro.

Y una cuarta condición se impone: la humildad. La persona orgullosa es la más cerrada al diálogo. El autosuficiente es radicalmente incapaz de dialogar. Encerrado en el sobre valor de sí mismo pretende tener la verdad absoluta.

El corazón orgulloso está cerrado al mismo Dios ¿cómo podrá abrirse a otra persona? Por eso, se piensa -a la luz de la Fe Cristiana- que el pecado de la primera pareja (pecado originante) fue pecado de orgullo que originó al “hombre roto” en su triple relación con Dios, con los demás y con la naturaleza.

En clave cristiana sabemos que Dios se metió en el mundo de los hombres (Navidad) para que la humanidad logre la Reconciliación (Pascua). Porque si se pretende una sociedad sin Dios se podrán lograr grandes progresos materiales que a su vez serán causa de divisiones, desencuentros y desigualdades. Los hombres sin Dios jamás se entienden (Torre de Babel).

Pero, tampoco se entiende a Dios cuando se reza para imponer la “propia verdad”, en vez de buscar la intervención de Dios para lograr la capacidad de auténtico Diálogo, único camino de la Paz social de la Nación… Salmo 44 (43),4

Mons. Miguel Esteban Hesayne, obispo emérito de Viedma(mehm@speedy.com.ar)

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