Escuchando viejas melodías
Estabamos oyendo viejas melodias
y el otoño se recostaba en el horizonte
tus ojos traían recuerdos de antaño
se agolpaban tenues imágenes en el corazón
el bandoneón iba hilvanando
notas alegres que te desperezaba
una suave caricia al alma me embolvía entera
era tu presencia serena amigo mío
todos los ritmos se hicieron presente
melódicos, suaves, fuertes, estridentes
era una mesa exquisita de belleza y placer
y soñabamos como hacía rato no lo hacíamos
Entre como nunca en mis zótanos invisibles
donde se amacan aquellas fantasías
que sólo tu conoces, cuando y donde
no te olvides nunca pequeña flor de almendro
Salva/Sabri/Olgi, 7-5-8
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